El participante vive con una familia anfitriona voluntaria, como un miembro más de la misma compartiendo activamente de nuevas actividades y experiencias.
El participante asistirá de manera regular a un colegio de la región donde se encuentra la familia anfitriona.
Por seguridad la ubicación de las familias son en ciudades y poblados pequeños.
Tener capacidad de adaptación frente ante diferentes contextos de índole racial, socioeconómico, étnico, religioso o lingüístico.